Hara - Kiri

Expectoraciones del alma que convierto en letras


Mi madre tiene cabellos rubios como los rayos de sol a las ocho de la mañana de un día de junio cualquiera, mi madre huele a agua de rosas y a jabón de avena.

Son las seis de la mañana y ella sube a toda prisa por las escaleras, cruza la estancia y entra a nuestro cuarto, donde mi hermana y yo estamos todavía dormimos, perdidos en alguno de nuestros sueños, boquiabiertos y desparramados por toda la cama. Entonces nos arrebata las cobijas y dice: “Es hora de despertar, ¡palomitas a volar!”

En la radio suena la voz de Colombia, allí puede estar sonando Claudia de Colombia, Lolita, o cualquiera de esas cantantes de los 60’s que a mi madre tanto solía gustarle. Pero mi madre nunca canta.

Nos prepara el desayuno: arepa de maíz que ella misma molió la noche anterior en el molino de la casa, huevos y chocolate caliente. A mi hermana le adorna el cabello con unas largas trenzas que teje con mucho cuidado y que después le enreda por encima de las orejas, a mi me peina de medio lado. Luego nos regala un beso de despedida y nos vamos felices a la escuela.


Mi madre tiene cabello cano, blanco como la bruma que envuelve la mañana después de una noche lluviosa, mi madre huele a lavanda y a rosas recién cortadas. Los años le han calado en los huesos, en su rostro se cuenta el paso indeleble del tiempo, hablan las líneas que dejó la estela de las tristezas, de las decepciones, de las preocupaciones, también la de las alegrías.

Mi madre tiene dos hijas, dos mujercitas de nariz escarchada y abarrotadas de pelo a las que les prodiga todo el cuidado que ella cree que ya sus hijos no necesitan, las peina religiosamente todas las tardes y las baña en agua de colonia.

En la radio suena alguna estación que no conozco donde alguno de los cantantes populares de moda entona una de esas canciones repetitivas que a la gente tanto le gusta. Nunca la he escuchado cantar.


A veces, quisiera que mi madre tuviera cabellos rubios como el sol en la mañana, que me dijera palomitas a volar, que me preparara el desayuno y me diera un beso de despedida antes de irme a la escuela.

Como extraño esos días…

1 Hara-Kiri:

Wowww Tioo Q Hermozooo